Una tranquila noche de verano tomando un refresco al amparo de unas pérgolas de madera y escuchando los grillos resulta realmente idílico. Algo que visualizamos y nos relaja y nos hace evadirnos de la frenética rutina diaria.
Sin embargo, poniendo de nuevo los pies en la Tierra hay que valor objetivamente qué supone tener una pérgola de madera.
Pros de una estructura de madera
Como en todas las cosas las pérgolas de madera tienen sus aspectos positivos y negativos. Entre los que las hacen atractivas hay que destacar que es en un material bonito y que crea ambientes acogedores.
La madera es además un material que encaja prácticamente en todos los estilos. Es cierto que las pérgolas de madera tienen un aspecto más rústico, pero se pueden realizar pérgolas de estilo moderno, minimalista…
A la hora de hacer números antes la madera era muy cara, pero ahora existen ofertas interesantes y asequibles a cualquier bolsillo.
Contras de las pérgolas de madera
En cuanto a las desventajas de elegir la madera para realizar una pérgola hay varias. Comentamos algunas de ellas.
Una de ellas es que es un material blando. Esto puede resultar positivo desde un punto de vista estilístico porque permite trabajar la madera y hacer torneados o diferentes acabados. Pero también tiene su parte negativa porque al ser una material blando y natural le puede afectar la carcoma y otros bichos que perforen y deterioren las vigas y postes.
En esta línea de material de menor resistencia, hay que tener en cuenta también que las pérgolas de madera se pueden ver afectadas por la corrosión. La madera resulta un material más delicado que aguanta peor los cambios de temperatura o la humedad.
Esto conduce a otro inconveniente que es el mayor coste de mantenimiento. Para que la madera permanezca en perfecto estado hay que darle unos tratamientos antihumedad y hay que revisar que no tenga daños y lijarla y barnizarla casi todos los años. Y esto es un coste de mantenimiento que incrementa su coste real.