Tener un jardín con sombra es esencial para poder disfrutar al máximo del aire libre. Un pequeño trozo de jardín en donde se pueda salir a sentarse a desayunar o tomar un refresco tranquilamente es un lujo que hay que aprovechar al máximo.
Para sacar el máximo partido de este espacio es importante crear un jardín con sombra. Lo ideal sería hacerlo con árboles para, además de tener sombra natural, disfrutar de su frescor; pero es complicado cuando las dimensiones del jardín son reducidas.
Una solución sencilla y al alcance de todos es instalar una pérgola. Actualmente se pueden diseñar pérgolas de todo tipo de tamaños para que se puedan disponer en cualquier rincón. Al colocar una pérgola se está creando un espacio de descanso, protegido de la fuerza del sol, pero con la ventaja de que también entra la brisa y se sigue teniendo la sensación de libertad, de estar al aire libre.

Abierto o cerrado
Dentro de las posibilidades que brinda una pérgola, se puede optar por una estructura con una cubierta fija, ya sea de tipo toldo o con vigas o travesaños que queden calados, ose puede optar por una cobertura móvil. Aquí lo más habitual es el sistema de toldos con ondas que se deslizan mediante carriles. Así cuando el sol aprieta se extienden y disponemos de una zona de jardín con sombra, mientras que cuando cae el sol o nos encontramos en meses de menor calor, podemos recogerlos para disfrutar tranquilamente del aire libre.
Las pérgolas son estructuras que permiten tener mucha flexibilidad en su construcción. De esta manera es posible diseñar una pérgola completamente independiente que se sitúe en cualquier parte del jardín o se puede crear una pérgola que se apoye en una pared de la casa o en un muro de delimitación de la finca.