Construir una pérgola parece a simple vista una tarea sencilla, sin embargo su diseño debe estar muy bien meditado para que cumpla con todas tus expectativas.
En general, escojas el tipo de cubierta que escojas es una estructura más ligera que un porche de obra. Una pérgola se integra mejor en la estética de la casa y del entorno sin restar protagonismo a los demás elementos.
El entorno donde construir tu pérgola
Para disfrutar de una pérgola funcional es esencial estudiar bien el entorno donde se va a instalar. Aunque el espacio esté casi asignado por el tipo de construcción y los elementos que la rodean, siempre se pueden hacer variaciones o incluso encontrar soluciones originales que permitan sacar más provecho de la estructura.
Algunos de los aspectos sobre los que conviene reflexionar antes de lanzarse a construir una pérgola:
- Pensar qué se quiere proteger. Una pérgola principalmente va a proporcionarnos protección a nosotros, pero también puede ser una ayuda para proteger plantas, macizos de flores u otros elementos que tengamos en el jardín como muebles, una barbacoa…
- El uso que va a tener la pérgola. El objetivo es construir una pérgola lo más funcional posible. Por eso es importante tener en cuenta para qué la vamos a usar. Puede ser una sala de relax con sofás, una hamaca o puede ser un salón comedor para cenas informales. Pero también se puede utilizar como un despacho con vistas e inspirador o una zona de juego para los más pequeños.
- Orientación al sol. Es muy importante estudiar la orientación, saber por dónde entra el sol, las horas de más luz y de sombra. Esta información es la que permite escoger el tipo de cubierta más adecuada. Además, al tener en cuenta la orientación, podemos variar la posición de la pérgola para situarla donde resulte más práctica.
- Climatología y protección ante la lluvia. Igual que la orientación al sol, conocer la climatología nos va a permitir hacer un diseño más preciso que nos permita disfrutar de este espacio al aire libre durante más tiempo.