El control del gasto siempre es importante. Por eso, cuando estamos pensando en realizar mejoras en nuestro jardín tenemos que repasar bien todas las opciones que tenemos y una de ellas es una pérgola de segunda mano.
Para tomar una decisión acertada hay que pensar con calma sobre los pros y contras que tiene adquirir una pérgola de segunda mano.
Ventajas de una pérgola de segunda mano
El precio se sitúa como la mayor ventaja para comprar una pérgola usada. La cuantía que pagaremos por un producto seminuevo será siempre un atractivo que inclina la balanza hacia este tipo de compra.
Otra de las ventajas es la rápida disponibilidad de la compra. Cuando adquirimos un producto de segunda mano este ya se encuentra disponible, no hay que esperar a su construcción. Lo habitual es que el vendedor lo tenga desmontado y que se pueda realizar el traspaso fácilmente. Por tanto, se puede empezar a disfrutar en poco espacio de tiempo de la pérgola.
Desventajas de una pérgola de segunda mano
Al hacer un repaso de los problemas o desventajas que puede acarrear comprar una pérgola ya usada la lista es mayor. Al ser un producto ya fabricado no podemos elegir lo que queremos, hay que adaptarse a lo que viene. Es decir, no podemos personalizar la pérgola. Sus dimensiones, estructura y cubiertas son las que son, aunque a posteriori se pueden realizar algunos cambios o mejoras.
Otro de los inconvenientes de este tipo de compra es el desgaste. Las cubiertas, sobre todo las que son de toldos, habrán sufrido por el uso y las inclemencias del tiempo; por tanto, habría que revisar el estado de las telas y de las cuerdas.
A esta lista de desventajas se suma el desmontaje y montaje en la nueva ubicación. Por mucho cuidado que se ponga los tornillos y sistemas de anclaje sufren en una desinstalación y hay que poner especial cuidado en que la pérgola quede bien ensamblada y fijada.
Otro inconveniente es el traslado. Cuando se compra una pérgola nueva el proveedor es el que la lleva y procede a su montaje; sin embargo al adquirir una pérgola de segunda mano el comprador es el que suele tener que llevarse la pérgola. Y las dimensiones de los pilares y las vigas pueden dificultar su traslado y/o encarecerlo porque hay que alquilar un transporte adecuado.
Por último, antes de decidirse a comprar una pérgola de segunda mando hay que pensar en el precio. Hacer números y calcular si todos los costes y duración estimada de un producto usado son realmente menores que los de un producto nuevo y adaptado a nuestras necesidades.