Con frecuencia asociamos las pérgolas a jardines con mucho sol, luz y calor, pero lo cierto que una pérgola resulta útil en cualquier ubicación y una de ellas son las zonas lluviosas. En estos entornos una pérgola con PVC es una de las opciones más prácticas.
Las pérgolas de toldo son las clásicas estructuras que encajan en patios, terrazas o jardines de todo tipo. La sencillez de su estructura y las prestaciones que ofrece la convierten en una buena inversión.
Tu pérgola con PVC para no desaprovechar ningún momento
La lluvia suele ser la aguafiestas de los momentos de relax al aire libre. Evitar esta situación es tan sencillo como escoger bien el tipo de tejido que ponemos en nuestra cubierta. El tejido acrílico es uno de los más populares para las pérgolas. Su alta resistencia frente al desgaste y la decoloración hace que el tejido permanezca en perfectas condiciones durante muchos años. Pero las telas acrílicas, aunque estéticamente resultan muy bonitas, son delicadas ante la lluvia. Para optar por ellas en una zona con propensión a la lluvia habría que incorporar un tratamiento específico de impermeabilización y de paso contra las algas y moho.
Lona poliéster
Una de las mejores opciones para que la lluvia no perturbe tus planes es un tejido de poliéster. Esta tela junto con un recubrimiento de PVC proporciona un refugio a prueba de agua.
La tela es robusta, fuerte y resistente ante cualquier situación climatológica.
La clave de estos tejidos es el PVC, una pérgola con PVC es la mejor opción para repeler el agua. Además, se pueden añadir otros tratamientos adicionales como fungicida, protección contra los rayos ultravioleta o efecto oscurecedor.
El resultado es una pérgola todoterreno. Un espacio a tu medida para sacar el máximo partido de esos metros cuadrados de aire libre que tienes.