El verano ya está muy cerca y es el momento de poner a punto nuestro jardín para poder pasar más tiempo en él de manera cómoda. Una solución eficaz es instalar una pérgola adosada a la pared.
Esta sencilla estructura proporciona la protección que necesitas contra la intensidad del sol y el fresco de las noches de verano. En las tiendas hay un amplio catálogo de productos destinados a satisfacer todas las necesidades. Te ayudamos a descubrir qué pérgola adosada te encaja mejor.
Ventajas de estar adosada
La elección de una pérgola adosada supone una gran ventaja sobre las estructuras independientes. Es la opción más práctica para lugares con pocos metros cuadrados como la terraza de un ático o el jardín de un chalé pareado o adosado.
Asimismo, la pérgola adosada es una opción atractiva para crear un porche junto a la vivienda. De este modo se amplía el espacio habitable de la vivienda con un comedor o cuarto de estar al aire libre.
Tampoco hay que olvidar que la pérgola adosada resulta una estructura muy firme al estar fijada a la pared de la casa, dando así mayor estabilidad a la pérgola.
Pérgola adosada en jardín o en terraza
Los dos escenarios para instalar una pérgola adosada son un jardín o la terraza de un ático. Diferenciar las ubicaciones es importante sobre todo en relación con el peso de la estructura.
En un jardín el peso no influye. Aunque diseñemos una estructura pesada en hierro no afectará al terreno. Sin embargo si la pérgola adosada la queremos para un ático el peso sí importa. Por eso, en estas ubicaciones suele ser recomendable escoger la madera o el aluminio.
Con cualquiera de estos materiales podemos diseñar pérgolas originales que den a nuestra terraza estilo y carácter propio. El aluminio es la opción más ligera y además si proyectamos una pérgola adosada cuyo sistema de cobertura sea mediante toldos el peso será aún menor.
En el caso de que se quiera dar un toque rústico elegiremos la madera. Un material que además aporta calidad y sensación de acogedor al ático.