Que las cosas están cada día más caras, es algo en lo que, por desgracia, todos estamos de acuerdo. Pero independientemente de ello hay factores que influyen en que el precio de un producto sea más a menos caro. En el caso de las pérgolas, ¿de qué dependen los precios de las pérgolas de aluminio?
Pues entran en juego diferentes aspectos entre los que destacan:
- Las dimensiones y forma de la pérgola. No es lo mismo una pérgola de 3×3 que una de grandes dimensiones con diferentes tramos y formas adaptadas al espacio existente que salvan los obstáculos arquitectónicos y naturales del entorno.
- El tipo de cubierta. Hay cubiertas sencillas como unos sencillos travesaños de aluminio o sistemas más complejos como los toldos y los sistemas bioclimáticos.
- La automatización o no. Las pérgolas que incorporan un motor para su manejo, obviamente, ven incrementado su precio. Y si además disponen de sensores de viento, lluvia o intensidad del sol y que se puedan programar el precio será mayor.
- Los cierres laterales. Incorporación de cortinas de cristal o toldos verticales que aumentan la protección de la zona.
- Accesorios y complementos. Hilo musical, humidificador, iluminación…
Los precios de las pérgolas de aluminio y su funcionalidad
El dinero que se paga por una pérgola que reúna todas las características y prestaciones que deseamos puede parecer elevado, pero hay que analizarlo más allá del dinero contante y sonante que se paga.
Estamos hablando del valor no monetario de la pérgola, sino del valor funcional. De los beneficios y de las satisfacciones que nos reporta. A este valor funcional debemos añadir el tiempo del disfrute, que en el caso de una pérgola de aluminio es mucho. Entre otras cosas porque el aluminio es un material de gran resistencia que resiste golpes, trasiegos y que no se oxida con la lluvia o humedad ni se estropea con el sol.
En resumen, los precios de las pérgolas de aluminio van más allá de la mera cifra que pagamos en el momento de su compra.