La pérgola es una estructura con techumbre que nos protege de la fuerza del sol pero a la vez nos permite disfrutar del aire libre. Para que exista mayor elección pueden ser pérgolas con toldo o sin él.
La manera más sencilla de quitar o poner un toldo es mediante un sistema de techo retráctil o de techo plegable. Cualquiera de las dos opciones permite decir cómo queremos el espacio de descanso.
Pérgola con toldo de tipo retráctil
Este tipo de pérgola consiste es un sistema de toldos que crean un techo plano que cubre toda la pérgola. A estos toldos se les incorpora un automatismo que recoge la tela y la guarda en un cajetín.
Lo positivo de este sistema es que puedes dejar al descubierto la parte que quieras. Así entrará más o menos sol o viento, dependiendo de los gustos o necesidades de cada momento.
Además, en el caso de que sean pérgolas de grandes dimensiones se puede dividir el techo en diferentes tramos colocando vigas o travesaños. Cada zona contará con un toldo independiente y de esta manera se puede jugar con la luz y el viento creando un ambiente original y agradable.
Si además se combinan diferentes colores o tonalidades en los toldos de los distintos tramos tendrás una pérgola original y con tu toque de personalidad.
Pérgola con toldo plegable
Este sistema es muy similar al de la pérgola retráctil. La salvedad es el tipo de recogido. En este caso es mediante pliegues, la tela va haciendo ondas y queda recogida a un lado de la estructura.
La pérgola con toldo plegable también permite dejar más o menos techo descubierto y además, cuando está puesto aunque queda estirado siempre queda un espacio libre que permite la entrada del aire y así se tiene siempre una buena ventilación y un ambiente agradable.
Tanto la pérgola con toldo plegable como la retráctil pueden disponer de un sistema de manejo manual o automático. En este último caso el motor es pequeño y discreto y no desentona en la decoración.